Palacio Hada del Magma.
Ning Zhuo escuchó la voz del Espíritu de Fuego de la Tortuga Dragón.
—¿Tú... tú eres el Espíritu del Palacio del Palacio Hada del Magma? —preguntó Ning Zhuo sorprendido, y luego inquirió.
—Sí, sí, pequeño maestro. Puedes llamarme Espíritu de Fuego de la Tortuga Dragón —. La voz del Espíritu de Fuego de la Tortuga Dragón era débil, y una simple frase le hacía tomar varias respiraciones.
Ning Zhuo frunció el ceño, preguntando de nuevo —¿Qué te pasó? ¿Estás herido?
—Sí, pequeño maestro. Mi condición está estrechamente vinculada al Palacio Hada del Magma. El palacio está ahora gravemente dañado, y mi estado ha empeorado en consecuencia —respondió el Espíritu de Fuego de la Tortuga Dragón aprovechando la oportunidad para engañar—. Especialmente recientemente, hubo una marea de Bestias Demonio de la Llama Roja que atacó el palacio. Tuve que activar los títeres mecánicos para entrar en batalla, lo que empeoró mi ya pobre condición.
Ning Zhuo no lo dudó.