Zina
Zina siempre había temido el día en que conocería al hombre llamado Daemon NorthSteed. Se había imaginado las mil maneras en que su eventual encuentro sucedería, pero esto no era nada como lo había imaginado.
Ella comenzaba a darse cuenta de que no sabía absolutamente nada del hombre al que había temido encontrarse durante años. Lo pensaba frío y sin sentimientos... como un hombre que definitivamente la tragaría entera, y sin embargo lo que obtuvo fue un hombre que la confundió terriblemente.
Él no era exactamente como ella lo había imaginado, y eso la volvía loca. Era frío, está bien, pero no exactamente demasiado frío. Cruel, está bien, pero no exactamente demasiado cruel. Era duro, está bien, y aún así, su dureza estaba cuidadosamente envuelta en la manera descuidada en que exponía sus medio pensamientos... la manera descuidada con que sus ojos recorrían su figura como si ella quemara su mundo.