—Zina tenía miedo de todo.
—Ya fuera por su nueva habilidad para transformarse. O por el lazo recién adquirido. O por su vista recuperada... le daba miedo todo.
—Quizá se debía a que desde pequeña, su madre adoptiva le inculcó la infame ley de los tres. La ley que estipula que cuando uno enfrenta problemas tres veces seguidas, entonces un torrente de problemas nunca terminará en la vida de esa persona.
—Sin embargo, su madre adoptiva le hizo saber que había otra ley de los tres grabada en el otro lado de la moneda. La ley no pronunciada que estipula que cuando uno recibe buena fortuna inmerecida tres veces seguidas, entonces Yama, el dios de la muerte, debe estar jugando una broma cruel a tal persona y un saco de infortunios seguramente estaba esperando al final del camino.
—La ley de los tres le sucedió a Zina; y en su caso, mordió ambos lados de la moneda. En el primer caso, Eldric la envió a las Tierras Verdes, en su camino fue secuestrada, y finalmente fue asesinada.