Llama el deber

ZINA

Fiel a la promesa de Daemon, esa noche cuando el celo de Zina alcanzó su máximo, él no tuvo sexo con ella por miedo a reclamarla, pero llevó a Zina a alturas que nunca había imaginado posibles.

Zina ni siquiera podía fingir que le molestaba su rechazo parcial. Al menos estaba segura de que aún no estaba lista para tener tales lazos con Daemon, no cuando siempre lo sospechaba, y él también seguía desconfiando de ella. No quería escuchar sus voces en su cabeza y formar la conexión más alta que un hombre lobo puede forjar con un hombre así.

Así que realmente no le molestó que él se negara a reclamarla, cualesquiera que fueran sus razones.

Pero una parte de ella no podía evitar pensar en la mujer ensangrentada que él había sostenido en sus manos y atendido en la enfermería.