ZINA
La visión de Alpha Axel, Alpha Breck y Alpha Calden temblando como hojas al viento hizo entender a Zina que había llegado justo a tiempo a la fiesta de la ejecución.
Incluso ella estaba curiosa por saber cómo Daemon escogería castigar a sus hermanos mayores, cuya sinvergüenzura no conocía límites. Pero más que eso, le intrigaba más el Mapa Territorial.
—¿Por qué estaba allí en la habitación? ¿Iba a haber otra guerra? —se preguntaba.
Para encontrar la respuesta a sus preguntas, Zina se vio obligada a mirar el rostro de Daemon —un acto que había estado evitando hasta ese momento.
Cuando sus ojos se encontraron, los de él habían recuperado su aburrimiento y despreocupación habituales y no había señal de la pasión que supuestamente habían compartido durante dos noches.
Eso estaba mal, no había señal de la pasión que solo Zina había supuesto disfrutar... una pasión que ahora saboreaba amarga en sus labios.