ZINA
Una vez que entraron en el territorio de la Manada BloodMoon, se escuchó un golpe en la ventana de Zina, sacándola de los profundos pensamientos que la habían invadido.
Zina abrió la ventana mientras Fionna estaba en guardia, observando la ventana como si una bestia fuera a saltar a través de ella y no sus compañeros.
La cara del Guerrero Leo, como Marcus había presentado al rudo hombre mayor que lideraba los Epsilón, la saludó.
—Theta.
—Comandante Leo. ¿Hay algún problema?
—En absoluto, Theta. Sin embargo, por orden del Beta DireWolf, me pidieron entregarle esta carta una vez que pasáramos las fronteras de la Manada BloodMoon.
Zina recogió con vacilación el pergamino que el hombre le tendió antes de cerrar la ventana.
Fionna bufó, con amargura y furia nublando sus facciones. —¿Escribió el hombre para informarnos de alguna conspiración secreta de la Manada BloodMoon y pedir disculpas por nuestra muerte inminente?