Historia Lateral 3: Kaliga El Mercader

—¿Y por qué debería disculparme? —La mujer contestó enojada con una voz que apenas estaba sin aliento, pero que casi no sonaba como la de una mujer.

Era la voz de una niña, se dio cuenta Marcus.

Alzó una ceja, su diversión desaparecida y sin rastro alguno. De todos los descubrimientos del mundo, ese definitivamente era uno nuevo.

Sus ojos evaluaron a la 'mujer'; desde la seda delicada que llevaba puesta, hasta la forma en que su escote estaba expuesto como si estuviera incitando a un hombre a morderla y poseerla. Solo alcanzaba su pecho, que era bastante alto para una mujer, pero dado que no era una en primer lugar, Marcus se interesó en por qué una chica estaría en un lugar como este.

Y no cualquier chica, sino una que se disfrazaba demasiado bien de maldita mujer.