Un Espectáculo Sangriento

ZINA

—El invitado de honor para este espectáculo por fin ha llegado. ¿Procedemos ahora a la parte divertida?

Zina se paralizó mientras los ojos de Daemon reposaban sobre ella, observándola con tranquilidad. No sabía por qué el hombre arrodillado frente a él estaba sin su mano, ni sabía quién podría ser. Pero una cosa había quedado abundantemente clara, y era el hecho de que lo que estaba sucediendo podría estar relacionado con ella.

—Acércate, Theta —dijo Daemon oscuramente, saltando de la mesa del banquete en la que estaba sentado. Se agachó frente al hombre, aunque eso no igualaba de ninguna manera su estatus.

Zina se encontró avanzando con los pies rígidos mientras notaba que Vessira se había reincorporado a la mesa del banquete de la Manada Matriarcado.

—¿Su Majestad? —dijo Zina con voz inestable mientras Daemon sacaba una daga de plata de sus oscuras ropas reales.