FIONNA
—¿Cuál es tu nombre?
—El Vidente.
—¿De dónde eres?
—De Las Costas de Hierro.
—¿Cuántos años tienes?
—Treinta y cinco.
—¿Por qué quieres a Zina?
—Para protegerla.
—¿De qué exactamente?
—Del mundo, y de ella misma.
—¿No crees que tal vez, su vida ha sido perfecta hasta que apareciste tú? ¿No ves cuánto su majestad la adora y protege?
—La perfección es a menudo la ilusión más terrible.
—¿Quién eres exactamente para ella?
—Alguien que le falló.
—¿Y por qué me haces esto a mí?
—Eres solo una víctima desafortunada, Fionna.
Fionna había hecho lo mismo una y otra vez desde que terminó la primera etapa del torneo… haciendo preguntas al Vidente sobre todo lo que se le ocurriera.
Algunas de sus preguntas las evadió hábilmente, mientras que algunas, sorprendentemente, respondió directamente.