Lo Más Importante

—¿Qué?

—Dije, ¿qué quieres decir con eso?

—¡RESPÓNDEME!

La Gran Sanadora cayó de rodillas justo cuando Daemon volteó la mesa delante de él con facilidad. Los pergaminos, las peticiones, los memoriales, los mapas, todos cayeron libremente al suelo, dejando tras de sí un vacío que también resonaba dentro de Daemon.

Su lobo no encontró ni un rastro de engaño en las palabras de la Gran Sanadora, y aun así le resultaba tan difícil aceptarlas como una verdad.

No existía manera…

No podía haber manera…

Matemáticamente, se había fallado a sí mismo. Los cálculos que hizo coincidían. De hecho, era posible que Zina estuviera embarazada. Lógicamente, eso tenía sentido.

¿Pero por qué ahora? ¿Por qué tenía que ser ahora?

—Su majestad —murmuró la Gran Sanadora con una voz ligeramente temblorosa, con la cabeza inclinada hacia el suelo—, le dije que la Reina Luna me convocó para que revisara su embarazo.