FIONNA
Fionna luchaba contra los sentimientos que la alcanzaban dentro de las paredes de la Mansión de las Hermanas Rojas. Aunque tuvo éxito en eso, era casi imposible bloquear los gritos de su infancia cuando las personas dentro de estas paredes la domaban y moldeaban para convertirse en un arma letal.
Fiel a su entrenamiento, Fionna había matado a muchos hombres y seducido a muchos más hasta su muerte y caída.
Ya fueran hogares rotos, destrozados, destruidos… había sido responsable de muchos de ellos, y deseaba poder decir que lamentaba la mayoría de las cosas que hacía, pero no era así.
Fue asignada a personas en la cúspide del poder que se deleitaban en la más alta clase de depravación. Esclavizadores, engañadores, tiranos, jugadores, pícaros, y la lista seguía y seguía.