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El tiempo voló de nuevo, y así... el año estaba a punto de terminar, ya que era la última semana de noviembre.
Y actualmente se dirigían hacia el muelle Baymardiano, Landon y su pandilla.
El aire frío acarició las mejillas de Landon inmediatamente... y los sonidos de la gente hablando, exclamando y riendo, rápidamente saludaron a los oídos de Landon.
¡Dulce Hogar!
Al pisar Baymard, aunque los soldados no lo demostraban fácilmente con el rostro, secretamente estaban complacidos y extremadamente felices de estar en casa de nuevo.
Muchos de ellos extrañaban a sus novias, novios, esposos, esposas, hijos, padres, suegros y otras personas importantes en sus vidas.
Habían estado fuera por casi 4 meses, y aunque estaban muy contentos de servir a su imperio, ayudar a otras personas y hacer misiones increíbles... de vez en cuando se sentían solitarios allá afuera cuando pensaban en sus seres queridos.