231-Regresando a casa con mis hermanastros

—No te volverán a molestar —dijo Emmet después de que se hubieran ido. Sydney se había desmayado de hecho, así que la llevaron al hospital por el guerrero de su manada que vino a recogerla a ella y a Salem.

—Lamar es un buen amigo, ¿eh? Estuvo esperando afuera y de hecho habló con los guerreros sobre el hecho de que ustedes dos estuvieron en la biblioteca anoche —Kaye estaba tronándose los nudillos mientras hablaba de Lamar.

—También nos dijo que has estado entumecida todo este tiempo y probablemente incluso en negación —agregó Maximus— lo cual no es bueno, Helanie. Necesitas entender que no fue tu culpa, y tu amiga volverá pronto.

Emmet se había calmado desde antes, pero aún se sentaba en su asiento, concentrándose en las cartas que estaba escribiendo a las manadas cuyos miembros me habían intimidado hoy.