—Permanece en contacto, ¿de acuerdo? —susurró Lamar, parado justo a mi lado con el coche de Norman.
—Sí, oye, ¿por qué no te quedas conmigo? —le pedí; realmente quería que tuviera un lugar seguro y que no volviera a su manada donde sabía que la gente lo veía diferente.
—Voy a estar bien. No soy realmente una persona de quedarme atado. Me gusta salir por la noche y transformarme. Y la comunidad pícaro no es para transformarse por un mes —no estaba equivocado, pero aun así me preocupaba por él.
En cuanto a la comunidad pícaro y los bosques, era peligroso durante un mes ya que el licántropo, o en palabras más retorcidas, mi pareja, podría estar correteando en busca de comida.
Las manadas eran mucho más seguras con las fronteras, las patrullas y todo. Ahora comprendía por qué la gente temía al mundo pícaro. Y también por qué las manadas tienen reglas tan jodidas, porque podrían silenciar a cualquiera con la amenaza de echarlos de la manada.