Kaiden:
Mis ojos se encontraron con los suyos, y sentí como si el cielo se hubiera derrumbado sobre mi cabeza. Mis ojos no podían creer lo que estaba viendo. Mi cuerpo temblaba, todo se desmoronaba.
Ella no era algún ángel ni mi imaginación.
Estaba allí parada, mirándome fijamente, sus ojos mostraban que había pasado por mucho y que me reconocía.
Había entrado corriendo a la cocina donde no encontraba paz. Los cocineros me miraban, y tenía que limpiarme constantemente la cara para deshacerme del sudor.
—Kaiden, ¿por qué entraste así? Necesitas crear una buena alianza con Penn —mamá entró, dándome una palmada en la espalda, y salté visiblemente.
—¿Estás bien? —Mamá notó el pánico en mi cuerpo, así que preguntó.
—Estoy bien, mamá. ¿Por qué siempre estás sobre mí? —Sabía que estaba descargando mi frustración en la persona equivocada. Ella seguía mirando mi rostro en shock porque nunca antes le había hablado de esa manera.