Helanie:
Esa noche no pude dormir bien. Me despertaba una y otra vez por la recurrente pesadilla de aquella noche. Me preguntaba si cada vez que me enfrentara a uno de ellos, me sentiría de la misma manera.
Odiaba la idea. A la mañana siguiente, nos apresuramos al campo de entrenamiento para comenzar con el entrenamiento.
—¡Helanie! Mira esto —Jenny gritó para llamar mi atención, mostrándome cuántas flexiones podía hacer ahora. Estábamos mejorando mucho. Normalmente, los equipos se agrupaban y discutían sus trucos y técnicas.
Nuestro equipo tenía un problema por culpa de Hans. Como era un alfa, quería que todos lo escucharan. Y lamentablemente, era el único alfa de nuestro equipo.
—Jenny, deja de jugar y concéntrate en entrenar —tuvo el descaro de menospreciarla gritándole.
—Ella ESTÁ entrenando —le grité de vuelta, con el ceño fruncido.
—Tú no te metas, criatura sin lobo —Hans me apuntó con el dedo, advirtiéndome que no alzara la voz contra él.