411-Retrocediendo

—Deberías volver ahora a tu hostal. No es seguro estar ahí fuera —echó una rápida mirada alrededor y suspiró.

—¿Y tú volverás con tu hermano? —Estaba preocupada de que estuviera dando demasiada sangre a su hermano. Si seguía haciendo eso, se debilitaría.

—Siempre —sonrió, levantándose. Antes de que pudiera seguirlo, ya me había ofrecido su mano.

Probablemente no se daba cuenta, pero cada cosa dulce que hacía me dejaba asombrada.

Sosteniendo su mano, sentí el calor de su tacto y me levanté.

—Por favor come mucho por la mañana —dije suavemente, notando que caminaba justo a mi lado.

—Te preocupas mucho por todos, ¿verdad? —dijo en tono bajo, enviando escalofríos por mi espina dorsal.

—Cuídate tú, lo necesitas más. Siempre estás rodeado de gente peligrosa —dijo, continuando caminar conmigo. A estas alturas, ni siquiera tenía que preguntarle por qué —sabía que me estaba acompañando de vuelta para asegurarse de que llegara al hostal de manera segura.