Altan:
Meses atrás:
Estaba temblando mientras me sentaba en el asiento y el tren arrancaba. Mi visión era borrosa mientras deslizaba los números en mi teléfono.
—Hola, guerrero, te necesito en un lugar, te etiquetaré —tartamudeé—. Consigue tantos guerreros como puedas y hazlo rápido.
Colgué y bajé la cabeza, recordando sus ojos nublados.
—Lo hiciste de nuevo. —Me sorprendí cuando levanté la cabeza y lo vi sentado frente a mí.
—No pude superarlos en número —dije, poniendo excusas de nuevo como un maldito cobarde.
—Hmm, ¿así que ni siquiera lo intentaste? Esa chica vino hasta ese lugar abandonado en su cumpleaños por ti, ¿y esto es lo que recibe? —chasqueó la lengua y sacudió la cabeza, recordándome lo perdedor que era.
—Debería volver —dije mientras me daba cuenta de que para cuando los guerreros llegaran al lugar, ya habrían pasado diez minutos después del ataque.