—¡Ashleigh! —gritó Fiona, intentando captar su atención mientras usaba toda su fuerza para intentar controlar los movimientos de Ashleigh.
Pero Ashleigh no respondía. En cambio, soltaba gruñidos y rugidos mientras se retorcía y giraba, tratando de escapar del agarre de Fiona.
Sus ojos estaban tan brillantes que Fiona apenas podía ver el avellana en ellos.
—¡Ashleigh! —gritó ella de nuevo—. ¡Despierta!
Ashleigh gruñó y empujó sus caderas hacia adelante, derribando a Fiona. Se puso de pie y olfateó el aire antes de dirigirse hacia la puerta. Cuando alcanzó la manija, alguien la agarró bruscamente de los hombros y la lanzó tres pies atrás al suelo.
Ashleigh miró hacia arriba. Fiona estaba en guardia junto a la puerta, mirándola con determinación en sus ojos. Ella levantó la mano y presionó el broche en su pecho. La armadura cubrió su cuerpo, y materializó el bastón bo, preparándose para el ataque de Ashleigh.
No tuvo que esperar mucho.