No hablaron mucho después de que Fiona y Galen se marcharon.
Caleb se ofreció a llevarla en brazos a su habitación, pero Ashleigh se negó. Decía que atraería demasiada atención sobre ellos.
Él tomó su mano mientras caminaban, deslizando su pulgar por la suave piel del dorso de su mano. Ashleigh se concentró en el calor de su mano y la ternura que le mostraba.
Cada vez que su mente comenzaba a divagar de vuelta al recuerdo de lo que había hecho, Caleb llevaba su mano a su boca y le besaba suavemente.
Cuando llegaron a su habitación, ella se sentó en la cama y él lo hizo a su lado.
Caleb tomó una respiración profunda y tomó su mano gentilmente en la suya.
—¿Puedes contarme qué pasó? —preguntó.
Ashleigh tragó y exhaló lentamente tratando de mantenerse calmada.