La reunión de Caleb con Sofía lo había hecho un poco tarde en el camino a casa. Pero Caleb aún llegó, justo cuando la mayoría de Verano se sentaba a cenar.
Había pedido que los guardias en la puerta no lo anunciaran. Quería ir a casa sin que se hiciera una gran ceremonia por ello. Quería ver a su familia y abrazar a su esposa.
El viaje de seis horas se había sentido como toda una vida.
Su conversación con Sofía le había dejado una pesadez en el corazón que no podía explicar del todo. Había defendido a Alicia por sus propias interacciones con ella. No estaba seguro de sus motivaciones, pero el hecho de que su advertencia había permitido que él y sus lobos ayudaran a salvar tantas vidas en Invierno significaba algo para él.
Pero nunca había esperado lo que aprendió hoy.