Después de dos días de negociar y discutir términos, Sofía y Caleb finalmente llegaron a un acuerdo mutuo. La cláusula más importante para Sofía había sido que si algo le sucediera, Caleb aceptaría a sus lobos en Verano sin preguntas.
Sofía había rechazado la sugerencia de Caleb de que sus lobos se adelantaran y se mudaran más cerca de Verano. En su lugar, insistió en que no cederían sus tierras a menos que no tuvieran más opción.
Caleb había contactado a Axel, y cada uno acordó enviar unidades a Llama Ardiente. Reforzando sus fronteras para protegerlos de una posible represalia por el rechazo de Sofía a las condiciones de Otoño.
En definitiva, Caleb se sentía muy bien acerca de esta nueva alianza.
Estaba empacando lo último de sus cosas, preparándose para regresar a casa cuando alguien tocó a su puerta.
—Pasa —llamó.
La puerta se abrió y al otro lado estaba Sofía.
—¿Puedo entrar? —preguntó.
—Por supuesto —respondió Caleb.