Miró a través del pequeño panel de cristal de la puerta.
Ella estaba rodeada de monitores, tubos y cables. Ritmo cardiaco, presión arterial, líquidos intravenosos y sangre.
Axel sintió un doloroso agarre en su corazón.
Quería correr a su lado, pero se encontró paralizado. Su mano sujetaba el pomo de la puerta mientras la observaba.
El médico le había dicho que había perdido mucha sangre, una cantidad peligrosa. Colocarle la armadura probablemente le había salvado la vida, pero su curación natural no estaba funcionando como debería. Teorizó que estaba demasiado cerca de la muerte y su cuerpo necesitaba un impulso para comenzar el proceso natural.
Pero si estaba equivocado, si su curación no comenzaba pronto, todavía había una posibilidad de que no despertara de nuevo.
—Ese, Esteban —le susurró Caleb—, él ha estado particularmente preocupado por ella.
Axel siguió la mirada de Caleb.