El sueño había cambiado

—¿Cuánto tiempo había pasado?

—Ella recordaba haber visto la trenza en la mano de Román. Luego, escucharse a sí misma gritar al darse cuenta de que él la había tomado de Axel.

—Fue solo un momento, unos pocos segundos a lo más. Pero en esos segundos su mente se había sacudido, gritado y desgarrado en pedazos.

—¿Dónde estaba Axel? ¿Qué le había pasado? ¿Seguía vivo? ¿Román lo había lastimado?

—Ella vio al pequeño niño en la habitación del hospital, la mitad de su cabeza cubierta con vendas. Se veía tan frágil entonces.

—¿Estaba ahora acostado en una cama de hospital? ¿Tenía esa misma mirada vulnerable en sus ojos? ¿Estaba el dolor escrito en su rostro?

—¿La llamó a ella?

—Entonces todo se detuvo.

—Cuando despertó otra vez, estaba aquí, sentada en este lugar. Sola, en la oscuridad. Con solo una luz iluminándola.

—No había búnker secreto, salida de emergencia, ni siquiera la ventana mostrándole la vida que no estaba viviendo.