El corazón de Caleb se le hundió al estómago. Tomó un respiro lento mientras miraba la imagen frente a él.
Su padre, exactamente como lo recordaba en las semanas antes de que desapareciera.
—Caleb... —susurró Ashleigh.
Ella lo miró a él y vio su expresión confundida. Una mezcla de tristeza y alegría. Sus sentimientos tocaban los bordes de su vínculo.
—Alfa Caleb de Verano —dijo la imagen de Cain—. Estás intentando copiar los archivos contenidos en este disco. Verifica tu identidad, y los archivos serán liberados para ti, así como el mensaje del creador.
—No es realmente él —dijo Caleb suavemente, sorbiendo y tragando la avalancha de emociones—. Es un mensaje. Un programa.
—Si no verificas tu identidad, los archivos y el mensaje serán inmediatamente destruidos.
Caleb suspiró.
—No es él —dijo Ashleigh, extendiendo su mano para tocar su brazo amorosamente—. Pero aún es una parte de él.
Caleb cerró los ojos y asintió.