Encontraremos un Camino

Ashleigh iba en la parte trasera del coche. Cada pequeño bache o hondonada en la carretera le causaba un dolor en la espalda.

—Entonces, ¿qué tan segura estás de haber encontrado la puerta de paso? —preguntó, intentando distraerse del dolor.

—Bueno, desde nuestro viaje, he prestado mucha más atención a todos los ruidos a mi alrededor. Me está volviendo un poco loca —dijo Myka con una suave risa.

Ashleigh notó cómo se tensaba la mandíbula de Peter. Myka se tomaba a la ligera la situación, pero ella sospechaba que él había estado luchando durante los últimos días.

—Pero definitivamente estoy mejorando en oír y escuchar sonidos específicos —continuó Myka—. Y el sonido indiscutible entre todos es el de la línea ley.

—¿Así que puedes escucharlo aquí en Invierno? —preguntó Ashleigh.

—Es débil, pero puedo sentirlo. El pulso no es solo un sonido. Es como una llamada. Me está diciendo dónde está.