Una Conexión Abierta

Verano cerró los ojos y respiró profundamente.

Se dio la vuelta y empezó a caminar para salir de la habitación.

—¿Verano? —llamó Ashleigh.

—Ve con ellas —dijo Verano a Peter mientras pasaba junto a él—. Asegúrate de que esté bien.

Peter asintió pero no dijo nada.

—¡Verano! —gritó Ashleigh.

Verano se detuvo. Miró hacia atrás por encima de su hombro.

—No te preocupes, Ashleigh —dijo—. Ya lo sé.

—¿Saber qué? —preguntó Ashleigh.

—Que es tu deber —suspiró Verano, alejándose sin decir otra palabra.

A medida que avanzaba el día, atendiendo a otros pacientes y coordinando con los demás sobre los refugiados que llegarían esa noche, Verano no podía sacudirse la frustración.

Así que fue a la única persona que sabía que podía darle alguna forma de alivio.

—Hola, mi amor —susurró Verano mientras se inclinaba hacia la cuna, acariciando el suave cabello de Ren—. Esperaba que estuvieras despierto.