Solo lo suficientemente largo

Ashleigh de repente estaba flotando, cayendo, volando. Estaban sin peso y a la deriva.

A su alrededor, las paredes doradas se desplomaban, cediendo paso a una burbuja azul brillante y nublada que los rodeaba. Justo más allá, Ashleigh podía ver rojo, naranja y amarillo mezclándose en un resplandor ardiente y brillante que bailaba a lo largo de la superficie de la burbuja.

Ashleigh se giró, y a lo lejos, vio formas nubladas de diferentes colores rodeadas por una oscuridad total.

Sus ojos se agrandaron mientras tomaba la escena, mientras su mente filtraba recuerdos de libros y videos del espacio, estrellas moribundas y nebulosas.

Hubo un tirón en su cuerpo, una atracción en una dirección.

—La puerta, —susurró Lily en su mente—. Aún estás en la puerta. El diseño de mi madre te forzará al otro extremo. Toma a Caleb y no te resistas. Déjalo llevarte a casa.

—¿Estamos… en el espacio? —preguntó Ashleigh.