Eve El dolor se transformó en rabia justo antes de poder ser disipado. La voz de Rhea cortó el vacío, baja y llena de veneno:
—Quema el amor y destrúyelo, Elysia. Ya lo has hecho antes.
Elysia. El nombre golpeó como un rayo. No Eve. No Rojo. Elysia. Madre o Y luego...
Destellos. Demasiado rápido. Demasiado crudo.
Una mujer. Cabello como fuego, largo, suelto, azotado por un viento violento. Sus ojos estaban sombreados. Un vestido medieval adherido a su cuerpo manchado de sangre, rasgado en las costuras mientras caía de rodillas.
Gritó, cuando sus huesos se rompieron y remodelaron, la piel estirándose en un pelaje tan oscuro que absorbía la luz. Su forma se contorsionó en un lobo como ninguno otro, enorme, antiguo, y coronado en sombra.
Gruñó a una figura. Una figura. Encapuchada en negro. Sin rostro. Solo cuernos—torcidos, curvados, de obsidiana y humeantes.