CAPÍTULO 270
~Punto de vista de Tempestad~
La cara de Koda se iluminó, y tomó mi mano, guiándome hacia el borde del territorio de la manada.
Nuestra primera parada fue un claro rodeado de altos pinos, el suelo cubierto de musgo suave. Las luciérnagas bailaban en el crepúsculo, su brillo creaba un ambiente mágico.
—Este es el lugar donde vengo a pensar —explicó Koda—. Cuando necesito despejar mi mente o tomar una decisión difícil, vengo aquí. Es donde me siento más cercano a la Diosa de la Luna.
—Es hermoso —admití mientras admiraba la belleza frente a mí.
Por un momento, todo parecía tranquilo. Él se giró hacia mí, su mirada suave. —Siempre me he imaginado trayendo a mi pareja aquí. Compartir este lugar contigo... se siente correcto.
La sinceridad en sus palabras hizo que mi pecho se apretara, y me encontré sin saber qué decir. En cambio, simplemente asentí, permitiendo que el momento se expresara por sí mismo.
—Habla ahora o estás condenada, Tempestad.