CAPÍTULO 267
~Punto de vista de Tempestad~
Los ojos de mi madre se abrieron ligeramente, aunque permaneció en silencio, dejándome continuar.
—No se suponía que pasara —comencé, mi voz quebrándose—. Él confesó su amor por mí de nuevo, me dijo que lamentaba sobrecargarme con sus sentimientos. Incluso dijo que se alejaría si eso era lo que hacía falta para hacerme feliz. Y entonces
Presioné mis palmas contra mi cara, intentando alejar el recuerdo de sus labios sobre los míos, la cruda emoción en sus ojos cuando nos separamos.
—Y entonces lo besé —terminé en un susurro.
El silencio entre nosotros era ensordecedor. Mamá finalmente habló después de un minuto o dos, su tono calmado y controlado.
—¿Lo amas, Tempestad?
Bajé mis manos, encontrando su mirada.