CAPÍTULO 307
~Punto de vista de Tempest~
Como uno puede imaginar, terminé saltándome el trabajo para estar con Ryland. El aire de la tarde era fresco contra mi piel mientras yacía acurrucada contra Ryland en la cama, sus brazos envueltos firmemente alrededor de mí.
Su respiración, el calor de su cuerpo y su aroma hacían que todo se sintiera tan surrealista.
Él me había elegido.
Era una sensación rara, sentirse verdaderamente deseada, especialmente después de que Koda se alejara. Pero Ryland se quedó. Estaba aquí, sosteniéndome como si nunca quisiera soltarme.
Traza círculos perezosos sobre su pecho desnudo, contenta por primera vez en días. Eso fue, hasta que mi teléfono zumbó fuertemente en la mesita de noche.
Ryland gruñó mientras me movía para agarrarlo. —Ignóralo —murmuró, sus labios rozando mi sien.
Casi lo escuché, pero cuando vi el nombre de Nieve parpadear en la pantalla, mi estómago se apretó. Nieve nunca llamaba tan tarde a menos que fuera importante.