Su Pura Rabia

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CAPÍTULO 379

Desde que llegué, había estado encerrado en mi estudio durante horas, ahogándome en el trabajo, tratando de ignorar la inquietud en mi pecho—el tirón del vínculo de pareja.

Glaciar estaba agitado y se paseaba dentro de mí como una bestia enjaulada. No era por Zara—no, ella era mi paz, mi ancla. Era por ella.

Vera.

Desde que regresé, había hecho todo lo posible por evitarla. Por evitar los susurros del vínculo de pareja que desde hace tiempo había enterrado bajo mi amor por Zara.

¿Pero mi lobo? Él no lo dejaba pasar.

—Ella sufre.

—Ella no es nuestra pareja, Glaciar —gruñí en mi mente—. Zara lo es. Fin de la discusión.

—No puedes negar el vínculo para siempre. La luna no se equivoca.

Aprieto los dientes, cerrando mi portátil con un suspiro frustrado. Necesito aclarar mi mente. Quizás mañana, podría llevar a Zara de luna de miel, solo nosotros dos. Sin asuntos de la manada, sin brujas, sin pasado, solo nosotros.

Entonces le diría todo.