La Grulla Serpiente

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CAPÍTULO 425

~Punto de vista de Zara~

El zumbido rítmico del helicóptero hacía tiempo que se había desvanecido en un tenso silencio mientras volábamos sobre las oscuras marismas de las Tierras del Este, dirigiéndonos hacia la Grulla Serpiente. Después de cuatro horas, mi cuerpo dolía de estar sentada, pero mi mente seguía aguda.

¿Cómo no iba a estarlo si todo lo que hacía era reproducir una y otra vez el momento de la muerte de Nieve? Y la forma en que esas palabras salían de su lengua cuando me dijo que me amaba siempre hacía que mi corazón doliera.

Astrid todavía no me había dirigido una palabra desde su muerte. Ya no estábamos unidas, pero ningún hombre nos había amado como él.

Claro, Nieve cometió sus errores, pero seguía siendo el mejor hombre que podría haber pedido.

—¿Astrid?

—Hm.

—Astrid, vamos, háblame.

—No hay nada que decir, Zara. Solo tengo que proyectarte siempre y traerte de vuelta a Nieve en una pieza.