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CAPÍTULO 438
~Punto de vista de Zara~
El paseo por el castillo era inquietantemente silencioso. Los dragones que nos guiaban no hablaban, su presencia nos envolvía como una sombra.
Kaid caminaba a mi lado, con la mandíbula apretada, su postura tensa. No estaba contento, pero no había nada que pudiera hacer.
No estaba segura de qué esperaba del palacio de los dragones, pero mientras ascendíamos la escalera de caracol que conducía a las cámaras superiores, no pude evitar admirar su extraña belleza.
Era antiguo pero moderno, sus paredes talladas en piedra oscura, iluminadas por orbes flotantes de suave luz dorada.
Los techos se arqueaban por encima de nosotros, murales de dragones en batalla pintados en ellos con detalles impactantes. El aire olía a fuego y algo vagamente dulce: incienso, quizás.
Finalmente, nos detuvimos frente a dos puertas, una al lado de la otra.