El Espejo de Reflexión

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CAPÍTULO 439

~Punto de vista de Zara~

Cuando llegué, la sala del trono estaba silenciosa—era el amanecer. Los únicos sonidos eran el crujido distante de las antorchas y el clic rítmico de mis botas contra el suelo de obsidiana.

Me había despertado temprano, demasiado inquieta para dormir. Mis instintos gritaban que hoy no sería fácil, y necesitaba estar lista.

Así que me vestí con la única armadura que tenía—cuero negro, ajustado pero flexible. Mis pantalones eran nuevos, un regalo de las asistentes fae, y mis viejas botas eran lo suficientemente resistentes para soportar cualquier cosa.

Una camiseta negra sin mangas dejaba mis brazos al descubierto. Mi cabello estaba recogido en una coleta alta, fuera de mi cara. Para cuando Davion llegó, exactamente un minuto antes de nuestra hora acordada, yo ya estaba allí.