Volviéndose Real

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CAPÍTULO 470

~Punto de vista de Zara~

El olor de la sangre me golpeó primero. Espeso. Metálico y tan equivocado.

Estaba corriendo, descalza, golpeando el suelo que cambiaba bajo mis pies—a veces piedra, a veces hierba, a veces nada en absoluto.

El aire estaba en silencio, demasiado silencio, como si el mundo contuviera la respiración justo antes de romperse.

Los árboles a mi alrededor se retorcían como si estuvieran vivos, ramas extendiéndose hacia mí como garras. No estaba segura de a dónde iba. Solo sabía que tenía que llegar allí.

Él está herido.

El pensamiento no era mío, pero pulsaba en mi cabeza como un latido de tambor.

«Él está muriendo».

Tropecé a través del claro y me detuve en seco. Davion yacía en el suelo, ojos cerrados, pecho inmóvil.

Su camisa estaba empapada de sangre, el carmesí se extendía debajo de él como una flor floreciente. La visión de él me quitó el aliento de los pulmones.

—No… —balbuceé, tropezando hacia él—. No, no, no…