Apareados & Marcados

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CAPÍTULO 469

~Punto de vista de Zara~

Comencé a moverme. Mis embestidas se volvieron lentas y profundas, reflejando el ritmo de nuestros corazones. Nuestras bocas se encontraron nuevamente, y nuestras lenguas se entrelazaron mientras nuestros besos se volvían húmedos y hambrientos.

Las uñas de Aira se deslizaron por mi espalda, sus piernas se apretaron alrededor de mí, atrayéndome más profundo.

No había nada apresurado en ello.

Durante los primeros diez minutos o más, hicimos el amor como si fuera una promesa, una oración, y cada movimiento, cada aliento, era una declaración.

Adoré el cuerpo de Aira con el mío, susurré su nombre como un himno sagrado, y cuando sus ojos se encontraron con los míos, abiertos y llorosos de felicidad, supe que nunca necesitaría nada más en esta vida que ella.

—Soy tuyo, Aira —declaré con una voz que transmitía emoción mientras la presión aumentaba en mi interior—. Para siempre.