I
El joven abrió los ojos, pero la confusión no tardó en ensombrecer su rostro.
No había muros, ni techos, ni calles familiares. Solo una pradera vasta, verde hasta donde la vista alcanzaba, y más allá, árboles que parecían custodiar un límite invisible.
Demasiado silencio.
Demasiada calma para lo que su instinto gritaba.
—¿Dónde estoy?
La pregunta no surgió en voz alta. Ni siquiera tuvo forma concreta en su mente. Solo flotó, como un eco incompleto ahogado por el desconcierto.
Repentinamente sus piernas fallaron, cayendo de rodillas sobre el pasto. Posó su mano sobre su pecho y una sufrida expresión inundó su rostro.
Dicho dolor que había llegado casi sin aviso no era agudo, sino más bien intenso y profundo… Ahogante.
—¿Kaito, estas bien? —preguntó Amaru.
El muchacho no podía responder a su pregunta, estaba muy agitado y parecía que algo evitaba que respondiera.
El aire salía y entraba con dificultad, como si algo oprimiese sus pulmones… Era agobiante.
Sumado a la impresión y la repentina invasión de Ryu sobre su cuerpo, el joven se rindió por un instante ante el dolor y vomitó un poco de sangre sobre el pasto.
—¡Kaito! ¡Mantente quieto! ¡No te pares! —exclamó Amaru.
—Que problemática es esta situación —pensó Ryu— Pasaron pocos segundos y la dominación ya le provocó gran dolor, sumado a que no sabemos dónde nos encontramos.
El joven tenía su mano derecha sobre su pecho y la izquierda sobre el pasto, el dolor era tal que para él se sentía como si su corazón subía por su garganta.
De apoco logró recobrar el aliento.
—¿Te encuentras mejor? —preguntó Amaru.
—Supongo que sí… —dijo a duras penas, aun algo agitado.
—No es que quiera alarmarte Kaito, pero por si no te diste cuenta —comentó Ryu, mientras el joven seguía tembloroso— estamos muy lejos de la mansión de los mellizos.
—¡¿Ah?! ¡¿Es enserio?! —preguntó Kaito. Sin embargo, el comentario, para su suerte, no lo alarmó más de lo que ya estaba.
Cuando comenzó a sentirse mejor, fue levantándose muy lentamente…
—Cuando estábamos en la mansión era de noche, pero ahora que estamos aquí ya está amaneciendo y principalmente…
Escuchaba al dragón hablar, mientras miraba a su alrededor tratando de entender dónde estaban.
—No hay ni una sola gota de nieve alrededor.
—Es cierto… No me había dado cuenta.
Era lo normal, después de tanta intensidad, que él procesase todo eso era muy complicado.
—¿Qué pasó antes con Naomi? —preguntó confundido el joven.
—“No puedo responder” —comentó Ryu.
—¿Lo que dijo denantes?
—“No puedo responder” es un código, para evitar asesinatos que puedan ocurrir. Es una contra medida para evitar el estado de “Fuerza mayor” de los contratos.
—No entiendo nada…
—Te lo resumiré en pocas palabras… —dijo Ryu.
Hubo una pequeña pausa llena de suspenso…
—Casi mueres a manos de la niña pelirroja.
—¿Ah? ¿Cómo? No entiendo… —preguntó el joven con una expresión que reflejaba un sentimiento de confusión, preocupación y gran ansiedad.
—Creo que ya te habíamos hablado de esto… “La fuerza mayor” sirve para que al hacer un contrato entre dos usuarios se cumpla lo prometido… Impulsando a los involucrados a cumplir su palabra, incluso en contra de su voluntad —explicó Amaru.
—Es difícil procesarrr… Todo lo que dicen —dijo con angustia el joven, mordiéndose el labio.
—Esto es una teoría, pero si realmente está bajo fuerza mayor, significa que ella no deseaba matarte… —comentó Ryu.
—¿Cómo sabes eso?
—El mensaje…
Ahí Kaito recordó lo que recién habían explicado “No puedo responder”, fueron las palabras.
—Ella con ese mensaje te advirtió que huyeras —dijo Ryu.
El muchacho dio un suspiro de alivio, eso lo calmó, posando nuevamente su mano sobre su pecho.
—¡Qué bueno saber eso! —comentó el joven.
—Ya te dije que es una teoría, no tiene que ser así, no te hagas ilusiones —comentó Ryu.
—Está bien… ¡Espera un momento! ¡Pero si no estoy allá significa que ella no cumplió su cometido! ¡¿Eso no quiere decir que…?!
—Primero que nada, no significa necesariamente la muerte… Todo depende de las directrices de su contrato —explicó Ryu y continuó— Debe ser un contrato bastante armado. Además, el “No puedo responder”, también quiere decir que tiene restricciones para hablar, eso significa que tiene detalles que ocultar.
—Pero ¿eso no significa que ella aceptó matarme? —preguntó Kaito.
—Kaito, no estás entendiendo. Sí, existe la posibilidad de que lo haya hecho, pero realmente eso es algo que tenemos que averiguar. En pocas palabras… No sabemos nada, mejor no saquemos conclusiones vacías —comentó Ryu.
—Entiendo… —dijo aparentando estar más calmado y mientras observaba lo que había a su alrededor, pensó en la posibilidad más preocupante “Que Naomi ya estuviera muerta”, lo cual lo inquietó demasiado.
—Por ahora descansa… Me gustaría que reescribiéramos nuestro pacto, pero estás en un estado muy deplorable y alterado. Como, anteriormente, ya viviste el realizar un contrato en ese estado, podría llegar a ser contraproducente.
—Está bien —respondió el joven sentándose sobre el pasto de ese desconocido entorno.
Pasarón unos minutos… El viento no era ni muy fuerte, ni muy débil y la nieve no llegaba…
—Esto no podría ser peor —comentó Ryu.
—¿Ah? ¿Por qué lo dices? —preguntó el joven.
—No sé con exactitud dónde nos encontramos… Pero si es donde creo, es un gran problema…
—Kaito ¿alguna vez te hemos hablado de las razas de este mundo o has leído sobre éstas? —preguntó Amaru.
El muchacho negó con la cabeza tras unos segundos de pausa.
—No… Ahora que lo pienso, jamás.
—Primero están las razas que ya conoces, Humanos, Semihumanos y los ya “extintos” Dragones… —declaró Ryu.
—Ah…
—También hay demonios considerados por muchos como el ejército más poderoso de este mundo, Elfos con grandes cantidades de maná… —explicó Amaru.
—Los Enanos conocidos por su gran habilidad para crear artefactos poderosos —dijo Ryu.
—Arpías conocidas por haber tenido poderosas reinas durante milenios… —manifestó Amaru.
—Vampiros dueños de las famosas “Técnicas de Sangre” —dijo Ryu.
—Y por último está el peor de todos —comentaron al unisonó.
El viento que cruzó la pradera en ese instante no fue natural. Era demasiado frío. Demasiado denso. Como si algo en el mundo respondiera al nombre antes de ser dicho.
Kaito tragó saliva sin darse cuenta.
Sus propios pulmones se sentían más estrechos.
Y entonces…
—Las “Llamadas” por todos como “Brujas”, la raza más problemática de todas… Codiciosas, arrogantes, egoístas… Esas son las Hadas.
—Hadas… —Susurró el joven y luego en voz alta, prosiguió— En mi mundo las hadas son un mito, pequeñas criaturas con alas, que ayudan a las personas… Creo.
En su mundo, la palabra “hada” era sinónimo de belleza y bondad, un clásico mito histórico, sin embargo, por eso mismo pudo entender rápidamente que esa pequeña palabra tenía un significado muy diferente en este mundo. Algo que debería reflejar tranquilidad, era una señal de aparente peligro.
—Las hadas que conocemos no son precisamente muy pequeñas, tienen un sentido muy individualista, sin embargo, son tan poderosas como cualquier dragón —dijo Amaru.
—Bueno siguiendo con lo que estaba, si estoy en lo correcto estamos cercanos a su reino.
—Ya veo… Eso parece ser un problema incluso para ustedes —dijo rascándose la cabeza.
Y de repente luego de tanto hablar…
—¡Mi Deja Vu…! —pensó al sentir de nuevo esa sensación— Es incierto, pero creo que quiere que me dirija hacía los árboles que tengo enfrente.
El joven prefirió no comentarle nada a los dragones. Él solo se paró y tomó camino hacía el bosque mirándolo fijamente.
—¿Kaito? ¿A dónde vas? —preguntó Ryu.
—Solo… Quiero adentrarme al bosque…
—¡No vayas, es peligroso!
Sin embargo, Kaito no escuchó a Ryu.
—Maldición… Si tomo su cuerpo lo lastimaré más… Y Amaru no puede hacerlo… —pensó Ryu.
Él no era capaz de darse cuenta de que… Su bendición lo estaba dominando…
De apoco se fue adentrando en el bosque, dicho lugar tenía arboles enormes, no estaba oscuro, pero tampoco muy iluminado. En principio estar allí no parecía conllevar ningún riesgo.
Al seguir encaminándose empezó a sentirse algo cansado, con largos bostezos. Sentía sus ojos pesados como si estuviera por quedarse dormido, incluso le caían lágrimas de tanto sueño.
—No hay nada… No entiendo porque Deja Vu me dijo que me adentrase —pensó el joven.
Y de repente notó como un ligero brillo azul. En el suelo había una clase de materia azul brillante y pequeños brillos como luciérnagas de este mismo color.
—¿Qué es eso? —preguntó el joven.
—Parecen ser cúmulos de maná —explicó Amaru.
—¿Cúmulos de maná?
—Sí, pueden dar el nacimiento de espíritus.
—Ya veo…
El joven fue acercándose a estos, pero de repente…
—¡Kaito espera! ¡No te acerques más! —exclamó Ryu.
Y de repente el silencio invadió la atmosfera, sin darse cuenta, los cúmulos que estaban ahí habían desaparecido y no solo eso.
—¿Qué paso? ¿Ryu? ¿Amaru?
El joven no obtuvo respuesta de ninguno de ellos, al acercar su mano izquierda a su oreja, notó que ninguno de sus pendientes estaba en su lugar y, además, ocurrió algo aún más extraño.
—¿Qué pasó con Ryu y Amaru…? Momento… Mi mano izquierda volvió a la normalidad.
El joven había notado que su brazo artificial había desaparecido y, en su lugar, parecía que su brazo había vuelto a ser de carne y hueso.
—Me siento extrañamente calmado…
Kaito no tardó en procesar lo que posiblemente estaba ocurriendo.
—O estoy en un sueño o una ilusión…
Como la calma lo irrumpía, empezó a caminar un poco, no había razones para intentar alterarse. Por ende, se dedicó simplemente a esperar.
Hasta que las cosas empezaron a tornarse aún más raras…
—¿Qué hace esto aquí? —se preguntó al ver que frente a él había un cartel que decía “Bienvenido”.
Lo extraño no era simplemente que ese cartel estuviese ahí, sino que era uno hecho con luces de neón.
—Esto es irreal…
Comentario que podría sonar innecesario, pero que no estaría fuera de lugar después de todo…
—Bienvenidos al “Bosque de Seneral” —se escuchó una voz de locutor a través de una radio que estaba en el suelo— ¡Espero disfruten su estadía aquí y recuerde tenga cuidado con el tren y las puertas!
Kaito se dio cuenta que había un columpio moviéndose solo y que el ambiente se sentía cada vez más sombrío…
Siguió caminando, a pesar de la distancia aún escuchaba la radio como si estuviera al lado.
—“Y en las últimas noticias. Un asesinato ocurrió hoy a las 9 de la mañana, aun no se reconoce la identidad del fallecido…”
Mientras escuchaba la radio, al ir caminando, se fue dando cuenta que en el suelo había algunos juguetes y peluches, algunos en buen estado, otros destrozados.
—“Y ahora vamos con la sección de deportes con…”
Justo en ese momento una pelota de futbol llegó a sus pies.
—“¡GOLAZO DE…!”
Él simplemente pateó la pelota a un lado.
En eso, un brillo de un televisor que estaba tirado al lado de un árbol lo cegó un poco. Sin embargo, en la Tv solo había estática. Kaito sin razón alguna intentó arreglar la sintonía moviendo la antena del viejo aparato, sin éxito.
—“Ahora con la lista del “Obituario” … Nombres: “Sophie, Emily e Isla White. Amelia, Camelia y Teresia… Apellidos desconocidos o sin reconocer. Tomoe extranjera… Sin apellido. Harry, Noah y Charlotte Wentworth. Y Y@#i3o”
Se empezó a escuchar con estática la radio, pero él siguió caminando… Y de repente frente a él estaba pasando un pequeño tren de juguete.
—“Cuidado con el tren” —dijo Kaito.
Justo en ese momento el pequeño tren de juguete se había hecho enorme. Luego de que el ferrocarril pasó, las barreras se levantaron para poder cruzar hacia el otro lado, y eso hizo.
Y frente a él, ahora había una puerta… En medio de la nada.
—“Hoy el temporal de nieve provocó muchos daños y…”
La radio por un instante se había recuperado.
Kaito solo observaba la puerta.
—¡Entra! —dijo una voz femenina que el reconoció.
—Esto es incluso aún más sospechoso que lo anterior.
Fue lo que dijo al ver a Beatrice ahí parada. Dedujo que obviamente no era la verdadera Beatrice.
—Abre la puerta Kaito, atrás de esa puerta está a donde quieres ir… Creo… ¡Tal vez! —dijo Beatrice sonriente.
—¿Crees…? Actúas igual que ella…
—Bueno eso da igual ¿Quieres que abra la puerta por ti? —preguntó Beatrice.
El joven intacto y totalmente despierto se acercó a la puerta y pensó “Me acabo de dar cuenta que no siento mi Deja Vu” tocando con su mano derecha la superficie que cubría su corazón.
—No te preocupes yo mismo lo haré…
—Es increíble, no dudas ni por si acaso en una situación así —dijo la imagen de Beatrice deslizando una sonrisa burlona detrás de Kaito, el cual no dio vuelta la mirada.
—Esto es obviamente… El escenario de una bruja, ¿no? —dijo tomando la manecilla de la puerta.
Giró lentamente la manecilla y abrió ligeramente la puerta sin antes dar vuelta la mirada una última vez.
—Buen viaje supuesto héroe…