V
El muchacho iba caminando por los grandes pasillos de la mansión donde pronto caería la noche.
—Ya he caminado muchas veces por aquí y no puedo parar de pensar que este es un lugar inmenso, los pasillos parecen infinitos —dijo Kaito al aíre.
Con pisadas firmes sobre el piso, siguió caminando directo a su habitación sin antes darse cuenta de algo que no había asimilado anteriormente.
—Ahora que lo pienso los pasillos están iluminados por unos candelabros que no tienen velas ¿Cómo funcionarán? —se preguntó así mismo el muchacho.
—Magia —respondió una voz repentinamente y que tomó por sorpresa a Kaito.
—¡Dios mío! Eres tú Naomi, deberías tener más cuidado, no vez que estoy débil me pudiste haber matado de la pura impresión.
—Yo diría que Ud. es demasiado débil y, por eso, debería estar más atento a lo que pasa a su alrededor.
—Siento que algo parecido me dijeron recién —dijo con algo de molestia en su rostro.
—Como sea, esos candelabros tienen mi magia, se apagan al amanecer y las enciendo antes del anochecer —explicó Naomi.
—¡Espera! ¿dices que enciendes cada una de ellas tú sola? Pero, si esta mansión es enorme.
—De hecho, requiere de un gran control mágico y puede llegar a ser agotador al principio. No obstante, estoy acostumbrada a esta tarea.
—Sí te soy sincero, nunca te lo he dicho, pero, me da la impresión de que eres demasiado increíble.
—Dígame señor ¿le gustaría ayudarme con esta tarea? Me faltan algunas habitaciones del primer piso —preguntó Naomi ignorando completamente lo que mencionó Kaito.
—Me encantaría, pero no sé cómo podría ayudarte.
—Usted posee la magia de fuego de un dragón, creo que es un buen inicio para practicar.
—Ah, claro.
—Bueno, entonces sígame —dijo Naomi indicándole el camino.
La joven de pelo escarlata iba caminando delante del muchacho, de forma muy elegante, formal y sobre todo calmada. Para el "Deja Vu" de Kaito era como tener fuego delante de él, pero un fuego tenue que no lo lastimaría. Pensó que, aunque fuera a tocar esas llamas él no ardería, ni le dolería, ni moriría.
—Bueno comencemos por aquí.
El joven pegado en sus pensamientos se volvió a sorprender cuando la criada le habló de repente y no supo qué decir.
—¿Sucede algo señor? Noté que me estuvo mirando fijamente todo el camino.
—¿Qué acaso lo notaste?
—Por supuesto, se sintió raro —comentó Naomi.
—Lo siento si te incomodé es que, es que ¡Sí! Estaba mirando tu cabello, me parece muy bonito —dijo Kaito intentando defenderse.
—Nunca dije que me incomodase su mirada —comentó Naomi.
—¿Ah? —reaccionó confundido el joven.
—Y mi cabello… ¿Por qué mi cabello?
—¡Ah, sí! Tu cabello me recuerda mucho al de una amiga que tenía en mi mundo. De hecho, tú te pareces mucho, aunque te vez mayor —comentó Kaito.
A pesar de que él dijo todo eso, descontando el cabello, realmente no tenía ningún otro parecido, ni físico y mucho menos en su personalidad.
—Cada una de las palabras que dijo fueron las incorrectas… —comentó la criada y añadió —creo que no sabe tratar con las personas, mucho menos con mujeres.
—Bueno, descontando a la persona que te comenté recién, no he tenido ni un solo amigo en mi vida —dijo apuntando con el dedo pulgar a su cara, como mostrando orgullo de aquella acción.
—Es extraño que alguien mencione algo así como si fuera un logro del cual se pudiera alardear —dijo la sirvienta de pelos rojizos y añadió —Usted es alguien muy extraño.
El "Deja Vu" de Kaito no sentía ni un tipo de hostilidad de parte de ella, todo lo contrario. El joven no podía sentirse más tranquilo; era como si estuviera en casa y su madre lo hubiese llamado para que le ayudara en algo.
—¡Comencemos señor! Mire atentamente este candelabro, esta apagado; sin embargo, si aplicamos con nuestras palmas cerca de estas un poco de magia, se prenderán —dijo mientras acercaba sus manos para encender la luz sin ningún tipo de dificultad.
Al joven le parecía genial ver a Naomi usar su magia. A pesar de ello, tampoco lo dejó impactado el simple hecho de encender luz.
—No lo veo muy sorprendido a pesar de venir de otro mundo señor.
—Ah, no, no es eso es que… La verdad no sé cómo explicarme —dijo con una mano apoyada sobre su cabeza.
—Mi consejo antes de que lo intente es… creatividad, optimización, el talento; pero sobre todo la capacidad para concentrarse al momento de usar hechizos es muy importante… Por lo general, le diría que practique su magia de apoyo, pero puedo notar que no será necesario.
—No entiendo de que hablas…
—Tiene el maná activado constantemente y no parece agotar su maná, probablemente por las inmensas reservas de los dragones. Ahora mismo, tal vez no lo sabe, pero está empleando maná alrededor de su cuerpo, a eso se le llama "primera capa", es como una segunda piel, pero hecha de maná y de las propiedades que esta comprende. Esta le ayuda a protegerse de hechizos tanto propios como ajenos, a eso se le conoce como hechizo de apoyo.
—¿Tu propia magia te puede lastimar? ¡Creo que necesito seriamente una clase de terminologías básicas de la magia…!
—Así parece… Y sí, su propia magia lo puede lastimar sobre todo cuando se usa magia de fuego, es por lejos la más peligrosa y difícil de emplear, así que tenga cuidado.
El joven se preocupó, por un momento se había arrepentido de aceptar la oferta de encender los candelabros de la mansión y se atrevió a hacerle y sin atreverse a preguntarle a Naomi, pensó: ¿Y si llego a quemar el lugar?
—No se preocupe, yo lo ayudaré… —dijo la criada percatándose de la preocupación del joven.
Sin embargo, Kaito seguía preocupado, dicha muestra de inseguridad se vio reflejada al introducir las manos en sus bolsillos.
—Señor… Saque sus manos y acérquelas —dijo la sirvienta extendiendo su brazo.
—Ah… está bien —dijo Kaito tomando la mano de la sirvienta.
Naomi optó, por el momento, por dirigirse al muchacho de una manera más informal al hablar.
—Ahora acerca tu mano al candelabro cierra los ojos y no te preocupes que yo te ayudaré a que niveles tu poder.
—Está bien… —dijo Kaito mientras acercaba su mano y cerraba los ojos.
—Ahora imagina que generas una inocente llama que solo entrega calor y luz, no lastima, ni daña, se mantiene calmada, pacífica —ordenó Naomi.
Kaito con los ojos cerrados empezó a concentrarse, el sintió como empezó a aumentar el calor por su cuerpo y como fue fluyendo la mayor cantidad de calor en su brazo derecho hasta llegar a la palma como si tuviera una taza de té recién preparado que, si lo bebiera le quemaría la lengua.
—Bien, ahora expulsa la magia de forma suave. Recuerda lo siguiente, como un consejo, el fuego es el elemento más difícil de controlar, se altera con facilidad y puede llegar a lastimar sin piedad, sin embargo…
Para el joven fue muy simple al momento de imaginar lo que quería, solo le llegó una imagen de un candelabro prendido y justo gracias a eso la luz encendió sin problemas.
—Lo hiciste bien, pero un poco más y… No nada.
—¡¿Estás diciendo que casi me vuelvo un pirómano?!
—Pensándolo bien, mejor practique "la primera capa" hasta que logre sentir que ésta la rodea, dedique un par de horas a meditar —aconsejó Naomi y luego dijo—Bueno yo estaba aquí, pero igualmente no hubiera sido su culpa. Ahora sigamos por aquí, aún quedan más habitaciones.
—¡Okey! ¡sigamos adelante, ahora sí siento que estoy entrenando magia de verdad!
—¿Okey?
—Ah, es un tipo de expresión no te preocupes por eso.
—Bueno no importa, adelántese y entre justo a la habitación donde se encuentra la biblioteca —pidió Naomi.
—¿Tienes que hacer algo?
—Solo voy a nivelar bien la llama que dejó, por si acaso…
—Parece que no soy muy bueno para estas cosas —dijo algo inclinado y con los brazos colgando.
—No se preocupe por cosas así en su primer intento, por favor siga adelante —comentó recobrando su manera formal de hablar.
—Ah… Está bien —dijo con una sonrisa a medias y dándose la vuelta.
Kaito ya había entrado a la biblioteca, mientras la criada se quedó observando el candelabro encendido por el muchacho.
—El poder de ese Dragon, es… Es… Intenso… —dijo mientras miraba la palma de su mano derecha que estaba quemada y como le temblaba el brazo.
—¿Cómo puede aguantar tanto poder en su interior? —se preguntó la chica, mientras sujetaba su brazo para calmarlo.
En ese momento pasó lo que Naomi estaba esperando, los vidrios del candelabro empezaron a agrietarse.
—Creo que tendré que ir a buscar varios repuestos luego, por ahora simplemente reemplazaré la llama —dijo mientras apagaba el fuego y lo volvía a encender.
La criada miró su propia llama fijamente, con sus ojos escarlata que reflejaban la misma luz de aquel candelabro que estuvo a punto de colapsar. Mientras lo observaba unas palabras se le vinieron a la mente "Recuerda Naomi, no hay nadie más fuerte que tú, y tu poder le pertenece a nuestra familia". En su mente sonaba como la voz de una anciana.
—Bueno, supongo que por ahora así estará bien.
VI
Kaito estaba mirando la gran cantidad de libros que había en el lugar que ya se encontraba oscuro. Alcanzaba a ver un poco debido a que la luz de la luna justo caía en los grandes ventanales que había en la habitación.
—Había visto esta habitación, pero creo que nunca había entrado… Como decirlo es un poco… Mmm —dijo Kaito intentando terminar lo que estaba diciendo.
—Kaito —dijo Ryu de la nada.
—¿Sucede algo?
—Esa niña… Naomi, es muy hábil, demasiado… —comentó Ryu.
—Nunca pensé que escucharía a un Dragón alagar a un humano.
—Y mucho menos a Ryu —comentó Amaru sacando carcajadas a Kaito.
—Tienes toda la razón Amaru —dijo Kaito con una sonrisa.
—Solo lo decía para que tengas cuidado, yo creo que…
—Yo confió en Naomi —dijo el joven sin duda alguna.
—Si Kaito lo dice no veo problema —declaró Amaru.
—Solo creo que no está bien confiar en todo el mundo, así como si nada y ella parece ser demasiado inteligente —explicó Ryu.
Tanto Ryu como Amaru tenían formas de actuar distintas. Kaito se dio cuenta que es como tener dos extremos opuestos, no pudo evitar pensar que tenía sobre los hombros a un ángel y a un demonio.
—Ya veo, por algo son Diestro y Siniestro —dijo Kaito mirándolos.
El muchacho siguió dando vueltas por la habitación mirando hacia arriba y a todas partes, cuando se dio cuenta que había una puerta con un candado en un extremo del lugar.
—¿Qué será eso? —se preguntó Kaito acercándose lentamente a la puerta como si tuviera la intensión de abrirla, a pesar de que claramente estaba cerrada.
—No te acerques más Kaito —dijo Naomi usando el nombre del muchacho en vez del típico "señor".
—Ah, disculpa es que me ganó la curiosidad… ¿Es que acaso hay un gran secreto oculto detrás de la puerta? —preguntó curioso el joven que no podía evitar sus impulsos frikis.
—No, tan solo es el sótano —respondió Naomi.
—¿En serio? ¿Entonces por qué tanto suspenso? —preguntó Kaito.
—Eso es irrelevante, mejor terminemos de encender las luces. Desde hoy me ayudarás a encender todos y cada uno de los candelabros para que puedas practicar —dijo Naomi y añadió —A pesar de que Ud. es un huésped y no parte del personal.
—Bueno, si eso te da menos trabajo, ¡lo haré con mucho gusto!
Naomi se quedó mirando con una sonrisa que no se alcanzaba a ver debido a la oscuridad, después de eso siguieron con su tarea hasta terminar cada uno en su habitación.
VII
Él ya recostado sobre su cama, no podía evitar la curiosidad en su interior: "¿Qué habrá detrás de esa puerta?". Sin embargo, su curiosidad solo llegaba hasta ahí. Tal vez, estaba dándole vueltas innecesarias, no precisamente tenía que haber algo detrás.
No obstante, su duda se aclaró enseguida de la manera más desagradable para él…
"Mensaje de Deja Vu: Entra al sótano".
Dicho mensaje se mostraba como neblina en su mente, borroso, confuso, incierto.
—¡Es eso de nuevo! —exclamó el joven un poco angustiado, levantándose rápidamente de la cama.
—¿Qué sucede Kaito? —preguntó Amaru.
—No… No es nada.
Él a pesar de decir eso salió enseguida de la habitación, y empezó a caminar por el pasillo hacia la escalera.
La nieve del joven que ya no era detenida por la barrera de Alisse, más la intensidad de la noche, generaron un agudo brillo azul en el piso.
—¿A dónde vas Kaito? —preguntó Amaru, un tanto preocupada.
El joven hizo oídos sordos a la pregunta de Amaru, quien insistió en saber que estaba pasando.
Ahí Kaito se dio cuenta de algo, "Deja vu" solo lo afectaba a él, independiente de que Ryu y Amaru estuviesen en su cuerpo. La bendición solo tenía contacto con su alma, cosa que ya le había explicado Alisse con anterioridad.
Ya dentro de la biblioteca en la que se encontraba con anterioridad junto a Naomi, él se paró frente a la misteriosa puerta. Parece que él simplemente obedeció a "Deja Vu". Su bendición parecía darle una obsesión que él no deseaba sentir, como si sus decisiones fueran en contra de su voluntad.
—De nuevo nos encontramos aquí —comentó Ryu— la pregunta es ¿Por qué?
—¿Curiosidad? —fue la vaga respuesta del joven.
—Siento frío del otro lado y un maná similar al del mellizo… —dijo la dragona.
El muchacho fue acercándose a la puerta con el candado, una vez cerca de este tocó la puerta suavemente con la palma de su mano sintiendo demasiado frío, como si estuviera tomando con la palma de su mano una gran cantidad de hielo sin previo aviso.
—Eso dolió más de lo que pensaba… Fue peor que cualquier quemadura… —comentó el muchacho.
—Kaito —dijo Naomi que estaba a sus espaldas.
—Dios mío ¡Naomi! Disculpa fue un impulso de curiosidad solamente ahora mismo me voy —dijo improvisadamente el joven intentando irse rápidamente como si lo hubieran pillado en medio de una travesura.
Sin embargo, la criada lo sorprendió con una respuesta que él no esperaba.
—Entra —pidió la joven.
—¿Qué entre? ¿Por qué?
De un momento a otro el aura había cambiado, estar frente a ella no se sentía igual que antes. Su mirada se veía más apagada, como si no estuviese en sí en su totalidad.
El pendiente rojo comenzó a temblar.
—¿Ryu?
El joven empezó a sudar, por alguna razón que desconocía, pensó que no tenía que moverse hasta recibir una respuesta.
—No puedo responder —dijo marcando cada una de las palabras con intensidad, como si estuviera intentado dejar alguna pista.
—¿Ah?
—Kaito, entra… —dijo Ryu.
—Pero…
Justo en ese momento un agudo pitido llegó al oído de Kaito y, también, un dolor de cabeza muy intenso.
"Mensaje de Deja Vu: DERROTA A LA DONCELLA DE FUEGO".
En ese preciso instante, cuando parecía que el muchacho había procesado la situación, sus ojos se volvieron rojos… Sin permiso y con prisa Ryu había tomado su cuerpo, dándose rápidamente la vuelta en dirección hacia la puerta.
En el momento en el que Ryu hizo contacto con su mano y la puerta se evaporo lo congelado de la misma. Y al abrirla por completo se encontró con un pasillo que no parecía tener fondo… Ryu corrió y corrió… Sus pasos resonaban fuertemente por el pasillo.
Corrió y corrió.
Y de su boca salía vaho a montones, el rostro de Kaito dominado por Ryu, mostraba una expresión molesta o tal vez frustrada.
Este siguió corriendo, pero de la nada y sin previo aviso una luz los inundó por encima cegándolos. El brillo, que parecía el de un verano cualquiera, de apoco se fue esfumando y se dieron cuenta que se estaban en medio de una pradera donde a un lado se encontraba un bosque con enormes árboles y la luz del sol muy radiante, por el otro.
Ryu, evitó tanto brillo tapándose la mirada con un brazo y de a poco fue devolviéndole el control a Kaito, el cual observaba un tanto alterado lo que lo rodeaba.
—Esto tiene que ser una broma… —dijo con los ojos muy abiertos de la impresión y un tono de voz que evidenciaba su preocupación.
—No tiene gracia… Esto ya no es…
La última palabra que salió de sus labios. A pesar de todo, no lo pensó dos veces, tenía sentido decir eso después de todo lo que había pasado.
—Ya no es…
"NORMAL"