Ewan ha vuelto VI

La conmoción y la incredulidad se extendieron por la sala de juntas, cancelando cualquier ruido de cualquier manera que pudieran; y se instaló un silencio tenso, pesado de preguntas no formuladas y emociones confusas, subrayado por una ira apenas contenida.

Zack, por su parte, luchaba con una potente mezcla de rabia y confusión, su corazón latiendo aceleradamente en su pecho.

—Entonces, ¿me estás diciendo, Sr. Ethan, que cuando compraste mi empresa, en realidad fue la Doctora Atenea quien dio la orden? ¿La empresa es realmente de ella? —apretó los puños, necesitando confirmar esta absurda realidad por el bien de su cordura. ¡Su mente estaba amenazando con desmoronarse!

—Sí —respondió Ethan con calma, una sola palabra que detonó una bomba de insultos en toda la sala.

—¡Mierda!

—¡Dios mío!

—¿Qué demonios!

—¡Esto es una locura!

—¡Maldición!

Los accionistas apenas podían contener su conmoción, cada voz superponiendo la incredulidad que impregnaba el aire.