Fiona lanzó una mirada afilada y enojada a Ewan, su frustración burbujeando justo por debajo de la superficie.
Estaba completamente enojada en ese momento, anhelando nada más que escapar de los confines de la sala de juntas, pero a Ewan simplemente no le importaba.
—Siéntate, Fiona —dijo él con calma, su tono mesurado mientras devolvía su atención a los accionistas—. Creo que hemos cubierto todos los aspectos que hay. Esta reunión ha sido suspendida. Gracias a todos por venir.
Ecos de "gracias" llenaron el aire mientras los accionistas se levantaban, recogían sus pertenencias y se paseaban fuera de la sala de juntas, sus voces mezclándose desvaneciéndose en la distancia.