La Oficina Secreta

—Espere aquí, Doctora Athena. El presidente la llamará en breve.

—¿Está en otra reunión? —preguntó Athena a la hermosa secretaria de mediana edad, acomodándose en uno de los lujosos sofás, que supuso eran importados de Italia, la artesanía era bastante peculiar en ese país; elegante y simple al mismo tiempo.

—Sí, con el jefe de personal y algunos miembros del gabinete... —respondió la secretaria con una suave sonrisa, mirando a Athena más tiempo del necesario.

—¿Hay algún problema, eh...

—Joan... —completó la secretaria, sonriendo aún más ampliamente.

—Sí, Joan. ¿Hay algún problema? —preguntó Athena, colocando su bolso de laptop de cuero de cocodrilo negro sobre sus muslos y apoyando las manos sobre él.

—En absoluto, Doctora Athena. Es solo que soy una gran admiradora suya. No puedo creer que la esté viendo de cerca...