Encontrando a Morgan VII

Inhala. Exhala. Despacio. Con calma.

Atenea se ordenó a sí misma, con la mano en el pecho mientras inhalaba profundamente y exhalaba suavemente. Iba a estar bien. Nunca más volvería a ser capturada por Morgan.

—No puedo imaginar qué nos habría pasado si Mariquita no estuviera de nuestro lado, ¿sabes…? —continuó Herón, sin darse cuenta de que tenía a un espía cerca.

—Sí, habría sido desastroso. Habrían hecho un desastre con nosotros hoy…

Atenea notó que este segundo hablante era la misma persona que había escuchado hablar con Herón muchas noches atrás, cuando había invadido por primera vez el escondite de la pandilla del Escorpión, la noche en que ella y Ewan casi mueren por inhalación de humo peligroso.

Su respiración se detuvo mientras los hombres continuaban hablando sobre la Mariquita y la posición estratégica que la persona en clave ocupaba en la operación. Resulta que Mariquita era una mujer.