Zorra

—Alaric Storm sabía reconocer los problemas cuando los veía, y ahora mismo estaba hasta el cuello en ellos. El tipo de problemas que se sentían peligrosamente dulces, el tipo que sabía a pecado y olía a tentación. Por primera vez, pudo entender por qué Asher estaba tan obsesionado con esta chica. Violet Palmer era una fruta prohibida, una que nunca debería haber tocado. Y sin embargo, aquí estaba, enredado, atrapado e incapaz de soltarse.

—Ella lo besaba como si fuera su dueño, sus labios implacables y hambrientos, reclamando su boca con una ferocidad que lo dejaba atónito. Sus besos eran agresivos, sus dientes rozaban su labio inferior hasta hacerlo sangrar. Violet gemía bajo en su garganta como si el sabor metálico de su sangre fuera lo más decadente que jamás había saboreado.