Guerra Secreta

—No habrá discusión sobre números.

Las palabras de Samuel cayeron como un trueno en la habitación. Por primera vez esa noche, el rostro de Umal se relajó, la sonrisa arrogante de sus labios desapareció en un instante. La forma en que su expresión cambió de seguro a perturbado era casi cómica.

—¿De qué estás hablando? —exigió, su voz cayendo en una incredulidad peligrosa.

Samuel simplemente asintió hacia los horribles restos de Xander en el suelo. Su cráneo yacía abierto, la sangre se acumulaba espesa bajo su cadáver.

—Alguien acaba de morir por tu producto.

Umal se burló.

—Ese es el punto —respondió, recuperando la compostura—. Además, fuiste tú quien proporcionó la víctima.

Samuel, todavía mirando el cuerpo de Xander, apretó la mandíbula. El sonido espeluznante y aterrador de su muerte aún resonaba en sus oídos, repitiéndose en su cabeza. Había visto asesinatos antes; incluso había ordenado algunos, pero esto... Esto era más allá de una simple ejecución, era inhumano.