Cynthia no tenía idea de cómo pasó de ser cazadora a ser cazada. Corría a través del bosque a ciegas, usando cada onza de fuerza que tenía. Asher no podía poner sus manos sobre el tipo de información que ella llevaba. Ella no sería quien llevara a la ruina a su querido Patrick. Así que sí, moriría si ese era el costo para proteger su secreto.
Todavía se aferraba a ese pensamiento cuando algo se estrelló contra ella, fuerte. Cynthia cayó al suelo con un jadeo, el aire salió de sus pulmones. Se apresuró a mirar detrás de ella, y era exactamente como temía.
Asher Belladona la había encontrado.
Sin dudarlo, Cynthia buscó el arma atada a su muslo, no para dispararle, sino para acabar con su propia vida.
Pero Asher fue más rápido.
Se movió con la brutal precisión de un lobo, pateando el arma fuera de su alcance en un parpadeo. En el mismo movimiento, la levantó del suelo como si pesara nada.