"Para la Princesa Violeta:
Si estás leyendo este mensaje, probablemente ya me haya ido. Quizás pienses que soy un cobarde, pero la verdad es que hay asuntos urgentes a los que debo atender en el Reino Fae. Y quizá, sí soy un cobarde, ya que me alivia no estar allí para ver la ira en tu rostro cuando termines de leer esta carta."
Aunque Violeta ni siquiera había terminado la carta, su cara ya estaba marcada por un profundo ceño, una sensación ominosa formándose en el fondo de su estómago. Dios sabe lo que Lila había hecho esta vez.
Violeta continuó:
"Como medida adicional, en caso de que te niegues tercamente a ponerte el collar. Si quieres seguir estando con tus queridos novios, mejor póntelo o podrás decirles adiós para siempre cuando el Barón se apodere de ti."
Violeta resopló después de leer esa parte. Esto era manipulación. No obstante, entendió el mensaje y siguió adelante.