El salón de baile de la Academia Lunaris —el mismo lugar donde ocurrió el escándalo— ahora había sido transformado en una sala de conferencias de prensa improvisada. Una fila de reporteros estaba al frente, con las luces de sus cámaras parpadeando y listas para la acción. El sello oficial de la Academia Lunaris estaba grabado en la pared detrás del podio, y estaba flanqueado por las banderas de las cuatro manadas principales, con el emblema de Dorminia Unida en el centro. La sala estaba ocupada por jefes de departamentos, miembros del consejo de la academia, betas de cada manada, e incluso un representante del propio Presidente. Notablemente, los asientos reservados para los alfas cardinales, y no sorprendentemente, Violeta Púrpura, permanecían vacíos. Su ausencia era más elocuente que las palabras.