La noche finalmente cayó.
Los faroles de la calle se encendieron.
Muchos coches se detuvieron en cada intersección alrededor del área residencial de Tang Hao. En ellos había varios tipos de personas. Había gente de Huaxia, Dongying, Nanyang, Hindustán y Occidentales de Europa y las Américas.
Se veían y vestían de manera diferente, pero todos tenían el mismo objetivo.
Ese era: ¡matar!
Muchos de ellos sacaron sus teléfonos y tabletas para revisar la información de la recompensa.
Después de leerla nuevamente, se burlaron con desdén.
La información no era precisa. Según el aviso de recompensa, el chico era solo una persona mundana. Sin embargo, ese chico mundano ya había matado a más de veinte asesinos.
Algunos de ellos eran incluso bastante famosos. Una persona mundana no sería capaz de hacer eso.
Finalmente entendieron por qué la vida del chico valía doscientos millones de dólares.
Sin embargo, eso no los espantó, sino que aumentó su curiosidad.